La glaciación ocurrida hace 444 millones de años en el polo sur del antiguo macrocontinente de Gondwana, que abarcaba África, Sudamérica, la Antártida, India, Australia y parte de China, llegó al continente europeo, según una investigación realizada en las obras de la variante ferroviaria de Pajares.
Las obras permitieron descubrir varios depósitos glaciomarinos desconocidos en la cordillera cantábrica por un equipo de investigados liderado por el geólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Juan Carlos Gutiérrez-Marco.
Según ha informado hoy el CSIC, se trata de la primera evidencia científica de la existencia de valles glaciares en León y Asturias, contemporáneos a la gran glaciación con la que culmina el periodo ordovícico que originó una extinción en masa mayor aún que la que hace 65 millones de años acabó con los dinosaurios y los ammonites,
"Tras los hallazgos del túnel, fuimos a la montaña para explorar con otra mirada lo que los mapas y muchos geólogos descartaban, y allí estaba lo que buscábamos: rocas glaciares del Ordovícico Superior en Telledo, Asturias, y al sur del puerto de Pajares, en Casares de Arbás y Pontedo, en León", señala Gutiérrez-Marco.
Estos antiguos valles glaciares, de hasta 250 metros de profundidad y de uno a tres kilómetros de ancho, se encuentran rellenos por areniscas y pizarras con cantos, recubiertos por lo general por una capa de cuarcita depositada en ambientes marinos muy poco profundos al acabar la glaciación.
Los investigadores hallaron además pruebas de que esos antiguos relieves fueron valles-túneles de forma excavados por las aguas del deshielo que drenaban por debajo del casquete glaciar.
Así, según Gutiérrez-Marco, el hallazgo, que acaba de publicarse en la revista Geology, demuestra que el proceso de incisión erosiva, que dio lugar a los valles "tuvo que realizarse forzosamente bajo una espesa capa de hielo acumulado por encima".
Además, los autores de la investigación plantean que la Península Ibérica tuvo que estar físicamente conectada con las áreas emergidas del macrocontinente de Gondwana durante la glaciación ordovícica.
En algunos estudios previos, Gutiérrez-Marco había defendido que los territorios ibéricos se situaban en esa época a la altura de Libia y Egipto en vez de frente a la actual costa atlántica de Marruecos y el Sáhara Occidental, como afirman autores anglosajones.
Según este investigador, este hallazgo refuerza su criterio sobre la localización de la Península Ibérica en el periodo ordovícico cuyos argumentos paleogeográficos se basaban en la recuperación en España y Portugal de fósiles de dicha época similares a los localizados en Libia, el noreste de Argelia y la Península Arábiga.
Este estudio, en el que han participado geólogos de las constructoras del túnel de Pajares y el paleoglaciólogo de la Universidad de Estrasburgo Jean-François Ghienne, tiene "repercusión mundial" y puede tener implicaciones en el marco de la prospección petrolífera en el norte de África y Arabia.
Según Gutiérrez-Marco, las rocas que almacenan depósitos de crudo y gas son, precisamente, las areniscas que rellenan sucesivos ciclos de paleovalles excavados a finales del periodo ordovícico.
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